El cuento realista es una narración o relato cuyo foco es la representación de historias que son reales y son contadas de un modo igualmente real. El tratamiento de la historia implica un acercamiento a la realidad al punto de imitarla. El cuento es una forma literaria en la que se narran acontecimientos reales o imaginarios. Estos relatos son realizados por personajes en un contexto específico y en un tiempo determinado. De alguna u otra manera, la realidad está siempre presente en los cuentos; la materia creativa proviene de la realidad y su tratamiento se realiza mediante una interpretación que hace el autor.
Son relatos que narran historias donde los hechos son mostrados como reales, pero son productos de la imaginación del autor. No se busca la veracidad ni la exactitud, sólo se intenta que resulte creíble.
Los acontecimientos narrados en un cuento realista pueden explicarse de acuerdo a los criterios de la realidad cotidiana del lector.
No ocurre lo mismo con los cuentos fantásticos, cuya trama se basa en elementos alejados de lo real y propios de la fantasía.
El cuento realista es, por lo tanto, una presentación seria y a veces trágica de la realidad. Generalmente el autor parte de la observación directa de su entorno y lo refleja en sus obras con verosimilitud.
CARACTERISTICAS DEL CUENTO REALISTA
- LA TEMÁTICA
- LOS RECURSOS
Para testimoniar la realidad inmediata, el autor de cuentos realistas describe la vida, las creencias, el lenguaje y las tradiciones; utiliza la anécdota como pretexto para la descripción de caracteres y de costumbres.
- EL ESPACIO
El espacio en donde se desarrollan las acciones del cuento realista es el escenario en que vive el hombre.
- EL TIEMPO
- LOS PERSONAJES
Esta técnica caracterizadora facilita al escritor comunicar la intención del relato y explicar una doctrina moral o social a través de la conducta de sus personajes.
EJEMPLO DE CUENTO REALISTA:
LA MUJER SE MARCHÓ
Antes de que el campesino hubiera pensado en soltar el ganado, los demás animales se habían alejado de la casa y apenas pudo alcanzarlos con gran trabajo. Volvió a casa y para que las aves de rapiña no pudieran llevarse los pollitos, los ató uno a otro y fijó el extremo de la cuerda a una pata de gallina. Se había dado cuenta de que su mujer, mientras amontonaba el maíz, hacía la masa en una fuente, y quiso hacer como ella. Y para poder batir la mantequilla al mismo tiempo, se sujetó a la cintura el tazón de crema. Apenas había comenzado aquella triple faena, cuando se oyó el co-co-ro-có de la gallina y el agudo piar de los pollitos.
Quiso correr para ver qué ocurría en el patio, pero tropezó y cayó. El tazón de la crema se hizo pedazos. Cuando salió del corral, pudo ver que un gavilán se llevaba con el pico a los pollitos y la gallina. Mientras el hombre se quedaba con la boca abierta, un cerdo entró rápido en la casa y derribando el tazón esparció la masa y se la comió. Otro cerdo se metió en el maíz. Viendo tantas desgracias, el hombre no sabía cómo repararlas.Cuando volvió la mujer, miró el patio y no vio a los pollitos.
A toda prisa, bajó del caballo y entró en la casa. ¿Dónde están los pollos y la gallina? ¿Está lista la comida? ¿Y qué significa toda esta masa esparcida? ¡Qué bien has trabajado! dijo la mujer Yo he labrado el campo tan bien como tú cualquier día y llego a buena hora. ¡Bah! En el campo solo hay que hacer una cosa, mientras que aquí todo debe hacerse a la vez: prepara esto, piensa en aquello, cuida lo otro. ¿Cómo va uno a arreglárselas? Yo me las arreglo, y bien, todos los días. No discutamos más y ya no repitas nunca más que el trabajo de las mujeres no es nada.
Muy Bonita información sobre todo interesante
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